martes, 25 de mayo de 2010

Pepe Espaliú


Libro de Caín
Un cuento para artistas
“Caín y Abel ofrecían su regalo a Dios. Los unos llegábanle convertidos en humo blanco, los otros desaparecían en humo antes de llegar. Abel tenía una visión seráfica del mundo. Para él todo era claro, limpio, ordenado y lógico, y en consecuencia su vida también lo era. Se levantaba temprano, y con el sol se iba a trabajar, plantaba los frutos más benditos y todo lo ofrecía a Dios. Por la tarde reposaba en los pastos junto a sus ovejas. Miraba hacia el cielo, enamorado de Dios. Era un idilio, de los de siempre…, de los que acababa bien, del yo te quiero y tú me quieres…
Caín era un hombre  tortuoso. Su mundo era otro mundo. Nacía con la noche y estaba enamorado de la luna. Era un ser selvático y violento, un hijo de Saturno, pero también quería a Dios. Y así ofrecía su noche… espinos y ratas y escorpiones, animales de la noche que quemados  despedían un terrible olor, y ese humo negro subía al cielo, se quedaba allí con él, en esa oscuridad y esa pobreza. Caín vivía y nada quería saber de familias, ni de orden, ni de ejército. Caín era un artista. Él sufría día atrás día viendo como Dios amaba a su hermano, cómo lo mimaba, cómo bajaba del cielo y reposaba su cabeza en su hombro. El estaba al otro lado, siempre observando y celoso. Un día tramó una venganza. Y así, inesperadamente, cogió la costilla de un asno y le abrió la cabeza a su hermano. Una sangre pura emanaba a borbotones y corría, recorriendo poco a poco la tierra entera. Esa mañana Dios, al despertarse, miró con horror la tierra ensangrentada y gritó… “Caín, ¿Dónde está tu hermanos Abel?” Pero Caín corría y perseguido se convirtió en un forajido. Caín sigue huyendo hoy, y en su huida ha dejado tras de sí los cuadros más tristes, las esculturas más siniestras, la música más triste, la poesía más negra, los dramas más tortuosos, pero siempre de amor.
Hoy Caín está muy cerca de mí, y me trae una mirada horrible y nueva, es una maldición… es un virus y lo llaman sida. Con él, descubro lo más terrible, cómo la muerte te mantiene en vida; cómo la vida te hace morir.”

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