Entre la vida y la muerte: el espacio, el tiempo. from pajarita pajara on Vimeo.
Este proyecto artístico no pretende tener un fin material, sino que lo importante aquí es la experiencia generada en un lugar y un entorno en una porción de tiempo determinado.
Se trata de una fusión de la naturaleza del ser humano con la naturaleza humanizada a través de un diálogo ejecutado por medio del espacio tiempo.
El hombre ha nacido y se ha desarrollado en un espacio, el natural, y él mismo se ha encargado de desnaturalizarlo al humanizarlo. Por este motivo, el ser humano muchas veces pretende volver a sus orígenes, se trata de una historia de dominación y lucha pasional ya que la naturaleza domina al ser humano y viceversa. Razón de más para que el arte trate este asunto, debido a que la naturaleza en sí misma es un espejo que muestra lo que son las artes y las ciencias. Esta relación se trata de un diálogo, una adaptación, una transformación del medio y del entorno a través del ser humano, ya que el arte no es más que lo natural que pasa por las manos del hombre, la naturaleza opera a través de la voluntad de un hombre colmado por la belleza de las obras de la misma naturaleza.
EL PROCESO
Partiendo de la importancia procesual que le doy a este asunto, creo conveniente advertir, que para mí la pieza final no son las fotos o los vídeos que haya realizado, estos son una simple consecuencia del acto.
Para explicar las analogías y metáforas que uso en la pieza, creo conveniente explicar que el sitio elegido para el proyecto artístico tiene determidas cualidades que lo hacen especiales, ya que se ha desarrollado en “El Bosque de Olmos Secos”, una creacción artística que utilizada elementos naturales muertos (los olmos), y que en este momento está volviendo a morir como pieza artística.
Los elementos más importantes son lo siguientes:
El ambiente
Para la pieza he tenido en cuenta el valor simbólico del lugar, un sitio fronterizo entre el medio urbano y natural, un lugar que no puede ser urbanizado debido a su proximidad al río, por lo que si éste no estuviera allí ese lugar ya no sería natural y el hombre se habría apoderado de él en su totalidad. De forma que la naturaleza está poniendo sus propias normas.
El sujeto – cuerpo
El olmo seco dos veces muerto funciona como el cuerpo del ser humano desnudo, su tronco amputado sin ramas, sin adornos, se ha quedado en lo esencial, ahora es el recuerdo de algo que un día tuvo vida, pero que se niega a morir realmente. El ser humano actúa de igual manera, se niega a aceptar el paso del tiempo y a los cambios que le establece la naturaleza.
El hueco
El vacío que quedan los olmos muertos ya en su totalidad es representado en forma de hueco, es la cavidad que albergaba y mantenía al árbol en pie. Es el recuerdo de lo que allí hubo, ya muerto pero que en parte seguía latiendo vida, una vida recordada en forma de arte.
Partiendo de estos puntos, se han realizado dos intervenciones:
El proceso trata de que el sujeto analice e interaccione con la naturaleza, pero no desde su afirmación, sino desde su negación, su muerte, su sustracción; desde el hueco, el vaciado de la materia como forma, ausente, vacío. Desde el vacío se puede contemplar su existencia.
Se aborda la fisicalidad del objeto desde su invisibilidad, desde su ausencia como naturaleza y su presencia como vacío.
Para ello, el sujeto, se mete en la piel del árbol, se siente desnudo, como él, y va situándose en el espacio en su misma situación, se sitúa junto a él en cada uno de ellos, y cree sentirse un cuerpo muerto en el momento en el que se tumba junto al cuerpo y se desborda sobre la tierra.
En la realización de este proyecto han colaborado Andrea García y Manuel Fernández (imagen), y Tomás Miguel Lúpia (sonorización).
No hay comentarios:
Publicar un comentario