lunes, 8 de febrero de 2010

TEJIENDO SUEÑOS

¿Cuál es la función de los sueños?, preguntaba Freud, y contestaba que “los sueños son el guardián del que duerme”. Censuran, decía, el material inquietante que exige ser reconocido en la mente, y cuando este censor fracasa aparecen la ansiedad y la pesadilla. Por eso para Freud son “la satisfacción disfrazada de los deseos reprimidos”, y “uno de los rodeos que permiten escapar de la represión”. ¿Son eso las formas de Wright? Tal vez lo sean en alguna medida todas las formas de arte (…) que como los sueños, exploran nuestras esperanzas y ansiedades a la vez que nos protegen de ellas.

La importancia del ser humano, desde mi punto de vista, para contextualizar una obra de arte, es primordial, ya que, como seres humanos que somos, estamos cargados de una objetividad subjetiva, esto es, no podemos reflejar una realidad objetivamente sino que de manera inconsciente (subconsciente freudiano) actuamos subjetivándola. Lo mismo le sucedía a Wright, que amoldaba sus arquitecturas a los pretextos de sus clientes, organi-z-ando los espacios.


Esta subjetividad lleva intrínseca, seamos conscientes o no de ello, una serie de nociones o conceptos que nos son inherentes por el simple hecho de ser personas: los deseos, las ambiciones, los sueños. Por ello, he querido que la figura humana estuviera presente en el vídeo, formato en el cual he querido trabajar en este segundo proyecto, y, además, jugar con la metáfora del paso del tiempo aunque hilando términos, usando un hilo conductor (lo deseado, lo soñado) como nexo entre el tiempo y el tiempo –el tiempo de una vida ya desgastada y el tiempo de una vida que está empezando a andar-, esos tiempos. De todos modos, quería aclarar que me refiero al paso del tiempo como elemento que merma todo material, en toda la amplitud de su significado. Esto es, desde el material con el que está construido una casa, hasta el material con el que están construidos los individuos: hormigón y sentimientos, ladrillo y sueños, madera y anhelos.

En el vídeo convergen todos estos conceptos metafóricos, pero también entran en juego aspectos que son imprescindibles en el lenguaje arquitectónico de Frank Lloyd Wright, los espacios puramente funcionales (las cocinas de ambas casas del vídeo responden claramente a una función, a una necesidad); la importancia de la decoración y mobiliario (resumida en ‘planos detalle’); la iluminación (entendida aquí como la fuente de la que beben los personajes para evitar estar sedientos por la falta de esos deseos y sueños); y el dotar a los edificios de unas características idóneas para la convivencia familiar (identificada con la pareja abuela-nieto).

Con todo este lenguaje establecido, con todas esas ideas y formulaciones, era más que esencial que ese hilo que continuamente nombro, estuviera presente físicamente e incluso hiciera de nexo absoluto en el discurso visual, por lo que, esta necesidad de mostrar madejas de lana o elementos que la contengan, era tan necesaria como son los sueños para el individuo.

Y es que, el mensaje que tan azarosamente intento trasmitir con este proyecto es que, al igual que unos pilares son necesarios para que una arquitectura quede fuertemente asentada; es necesario fundamentar una base sólida de ideales, de pensamientos, de sueños, para que el individuo esté completamente realizado.

Soñar, crear, tejer. Soñar ideales, crear ambiciones, tejer pensamientos, soñar tejiendo, tejer soñando… en definitiva, vivir tejiendo sueños.



Gracias de todo corazón a mi abuela y a mi hermano por haber hecho posible este proyecto.


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