lunes, 29 de marzo de 2010

Espacio en el arte. Esto....... en el cine.

En el mundo del arte, el espacio se ha considerado desde siempre uno de los valores o conceptos fundamentales para conseguir u obtener una obra o un resultado “correcto”. Tanto la pintura, como la escultura o el dibujo, han sabido que tanto el espacio material (corpóreo, masa, cuerpo) como el inmaterial (vacío) se han de tener muy en cuenta a la hora de trabajar. En el cine, desde mi punto de vista, otro arte más (en pura esencia) también se trabaja con la idea de espacio. Y esto llega a tal punto que los propios estudiosos de este tema han hecho tratados en los que se distingue dos tipos de espacio en el diálogo cineasta: el espacio geográfico y el espacio dramático.


El espacio geográfico, como bien indica el propio término sirve para situar una acción; mientras que el espacio dramático sirve para localizar y ambientar la psicología de los personajes y situaciones. Además, afirman que es un recurso muy usado para subrayar ideas o sentimientos. Con lo cual, en el cine, se sirven del espacio de una escena para acentuar o disipar las ideas, sentimientos, pensamientos y vivencias o experiencias que está sintiendo el protagonista. Con lo cual, ambiente, espacio, sentimiento y arte se podrían entremezclar en una simbiosis algo rebuscada a la par que obvia. En el cine, se sirven del espacio (o del espacio artístico) para dejar patente las características o esquemas de una historia que se intenta narrar, configurándolo con especial atención porque, al igual que sucede cuando componemos un cuadro o diseñamos una instalación escultórica, el “fuera” y el “dentro”, son esenciales.


Cuando hacemos arte, por lo menos, desde mi punto de vista, se trabaja y crea para desarrollar y trasmitir una serie de creencias, pensamientos y ante todo, una idea, o varias, pero una idea que por lo general va teñida por un sinfín de sentimientos, porque el arte para mí, es eso: puro sentimiento.


En el momento de intentar plasmarlos o encauzarlos en una obra artística, se persigue contestar al cómo, por qué y dónde. Ahí radica la importancia del juego con el espacio, del juego con el ambiente en el que se desarrollarán las ideas y pensamientos, sumadas a las sensaciones, y, ¿quién mejor que el cine ha sabido sortear todos los problemas que engendra el diseñar un espacio que reproduzca realmente lo que queremos transmitir?


Con el cine, se ha logrado que con unos ligeros enfoques y juegos espaciales, se trasmitan todos los sentimientos capaces de ser libremente cocidos. Digo libremente porque cuando “espaciamos” lo que queremos contar mediante el arte, realmente lo que estamos haciendo es liberarnos, liberar nuestro ente selvático. Esto lo afirmó con vehemencia Heidegger el cual afirma que el verbo espaciar significa o es la liberación de sitios, ahora bien, yo pregunto, ¿qué ‘sitio’? ¿qué entendemos por ‘sitios’? ¿a caso no se dice que el saber no ocupa lugar o que ya no hay sitio para la razón? Tal vez por eso, el buscarle un lugar o un espacio al pensamiento, a los sentimientos, al modo de plasmar una obra, y hacerlo mediante el cine (o al videoarte), es porque es una opción que nos abre mil posibilidades para conseguir plasmar con rotundidad todo aquello que queremos mostrar, porque, desde mi punto de vista, es uno de los bloques artísticos que mejor y más va de la mano con el espacio.


Como ejemplo concreto, he querido tomar una película de Visconti, titulada Muerte en Venecia, puesto que su episodio final representa a la perfección la importancia del espacio para crear tensión dramática y lograr expresar todo aquello que, muchas veces con las palabras, no es posible. El espacio interior y exterior, desde mi perspectiva, se mezclan y se combinan hasta hacerse uno como máximo delirio parejo del vacío y lo corpóreo, de lo insustancial y lo matérico.
http://www.youtube.com/watch?v=kE8QOcJHSCE&feature=related

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